Hawa es una mujer de 22 años de Sierra Leona que llego a Italia hace un año. Cuando llegó a Italia, tuvo la oportunidad de participar en un Proyecto organizado por el gobierno italiano, así que recibió ayuda para comenzar su camino hacia la inclusión social. Vivió en una instalación junto con otras mujeres de países del tercer mundo, y fue capaz de retomar sus estudios en la escuela y particpar en un curso de italiano. Un día, durante una clase sobre educación civil, el professor o profesora habló sobre una campaña relacionada con la protección medioambiental que iba a producirse el fin de semana siguiente. La campaña estaba dirigida por una organización llamada “Clean-Up the City”, y se dedicaba a la creación de equipos que se encontrasen en localizaciones estratégicas diferentes en la ciudad con el objetivo de limpiar las calles y los barrios. Las actividades también incluían llevar una camiseta con el logo de la campaña y crear concienciación entre otros ciudadanos.
Al principio, Hawa estaba muy sorprendida de esta iniciativa porque en su pueblo de origen, nadie había lidiado con la problemática de recoger desechos, y nunca había pensado sobre las consecuencias medioambientales que este comportamiento puede tener a corto y largo plazo. De hecho, en su pueblo, todas las familias una vez a la semana (específicamente los domingos), solían recoger la basura y quemarla.
Además, nunca ha formado parte en una iniciativa de concienciación y nunca ha pensado en la posibilidad de tomar acción concreta como informar sobre un problema y tratar de crear cambio.
Por ello, Hawa decidió formar parte de la actividad junto con algunas de sus compañeras de clase, y pasaron un día limpiando la ciudad donde vivían, además de intentando explicar a otras personas los objetivos de la campaña.
Hawa aprendió la importancia de luchar por el cambio e intentar abordar problemáticas locales y globales. Dijo que su primera experiencia en la campaña de concienciación medioambiental jugó un papel importante en su crecimiento personal y le permitió entender la importancia de ser un ciudadano activo para construir un mundo más justo, pacífico, inclusivo y medioambientalmente sostenible. Además se dio cuenta de que la identidad que une a los seres humanos no es cultural social, nacional o política, sino ética. De hecho, esta noción enfatiza la responsabilidad social que cada uno de nosotros tiene hacia su propia comunidad y el mundo. Ella comprende la importancia de ser un ciudadano global y especialmente la implicación que el comportamiento de todos tiene sobre si mismos y otros. Ahora ella esta preparada para transformar este entendimiento en acciones para el bienestar colectivo y el desarrollo sostenible.